El P. Constancio trabajo como párroco en Palora y en
Puyo sus 9 años, el P. Domingo en distintas zonas pastorales como Veracruz, Fátima
y Bo. Obrero, y Shell Mera, eran años de mayor escasez en todos sentidos, de
recursos humanos y materiales, de sacerdotes y de falta de atención por el
gobierno a la Amazonia, en los que los caminos llenos de huecos no eran
las carreteras que ahora tenemos, las dificultades se multiplicaban, pero la
ilusión y ardor misionero era más fuerte y el amor y la esperanza suplía
la escasez. Hace 20 años llegaban a esta Iglesia misionera de la selva
ecuatoriana donde trabajaron y se entregaron a la misión con
toda el alma sembrando y compartiendo la vida de las gentes con las que
les toco construir el Reino de Dios.
Después de 10 años de su partida,
regresaron buscando sus huellas, todo les parece nuevo ¿qué cambio ha
dado todo esto? Apenas ya no le conocemos, es otro Puyo, es otro Ecuador.
Recorrieron sus antiguas parroquias a paso de relámpago, pues traían muy
pocos días, pero el reencuentro gozoso con la gente conocida y los
lugares donde habían trabajado, les hicieron rejuvenecer y rememorar sus años
misioneros en esta selva. Quedaron maravillados de las nuevas infraestructuras
y parroquias que el Vicariato ha construido en estos años.