JUAN JOSÉ ALARCIA
LÓPEZ
Sacerdote diocesano
burgalés y miembro del IEME
Misionero en Zimbabwe
Juan José nació en
Villasur de Herreros (Burgos) el día 30 de junio del año 1943. Seguramente que
sus calles vieron correr y juguetear a un muchacho de contextura frágil pero
con muchos sueños y proyectos en su cabeza que pronto se encaminó al Seminario.
Comenzó en el Seminario de San José, inició la filosofía en el Seminario de San
Jerónimo y continuó los estudios en el Seminario de Misiones.
Fue ordenado sacerdote
el día 8 de julio de 1967 y los primeros
tres años estuvo trabajando en la
Delegación de Misiones de la Diócesis como adjunto del P. César Ruiz Izquierdo.
En junio del año 1970
marchó a África, a Zimbabwe, la antigua Rhodesia del Sur. Lo primero que tuvo
que hacer fue estudiar el inglés y más tarde algunas de las lenguas nativas.
Juanjo llegó a hablar varias lenguas nativas: el shona, el sindebele, el nambya
y algo del tonga. Esto nos quiere decir que tuvo varios destinos en la misión:
Chereya, Dete, Kamativi, Kariangwe, Sacred Heart. Tuvo que vivir la guerra y
pasar por momentos de mucho peligro y dificultad. No fueron años fáciles
viviendo en medio de dos bandos enfrentados y, sobre todo, contemplando las
dificultades e injusticias que padecían los más pobres.
Los primeros años de
la misión, en Chereya, los tuvo que dedicar, por necesidad de la supervivencia
de aquella misión, a construir tres puentes sirviéndose de los conocimientos
elementales adquiridos en la escuela de Maestría Industrial de la ciudad de
Burgos.
Trasladado a Dete,
con aprendizaje previo y simultáneo de nueva lengua, atiende aquellas
comunidades, es director espiritual del Seminario Menor y da clases de Biblia
en el Noviciado de las Hijas del Calvario.
El año 1990 encontramos a Juanjo en la misión de Sacred Heart, lo cual llevaba
implícito el estudio de una nueva lengua: el nambya.
En el año 1995 fue
llamado a Madrid para trabajar en tareas de Animación Misionera. El año 1998 es
elegido Secretario General del IEME y en el 2003 será nombrado Director del
Departamento de Publicaciones y
Animación Misionera. También durante algunos de estos años fue asesor religioso
de los laicos de OCASHA, Cristianos con el Sur.
Regresado de nuevo a
Zimbawe en el 2009, trabajó en Hwange como administrador de la diócesis y
atendiendo algunas comunidades rurales. Aquí es donde le sorprendió y nos
sorprendió la llamada del Señor
Juanjo se distinguió
por su sencillez, humildad, disponibilidad, amistad, discreción. Tenía grandes
cualidades. Fue una persona fiel y entregada a la misión. Era un “manitas”
siempre dispuesto y disponible para solucionar muchos problemas de tipo
práctico. Algún compañero ha comentado estos días que “Dios estaba necesitando
de un emprendedor, de un manitas, de un “factotum” como Juanjo para que el
cielo siguiera funcionando”.
Quienes le hemos
conocido y trabajado junto a él nos hemos sentido muy enriquecidos. Juanjo fue
un hombre bueno, todo un prototipo de valores castellanos Hicimos muchos viajes
juntos al extranjero, sobre todo, a África y Asia, por el conocimiento que él
tenía del inglés, durante el período 1998-2003, años que coincidimos en la
Dirección General del IEME.
Juanjo, no hace falta
que te diga que sentimos tu partida, pero sí que sepas que te vamos a echar
mucho en falta. Estoy convencido que desde allá arriba nos vas a seguir
acompañando y echando una mano para seguir colaborando con el sueño de Dios.
Que esta Eucaristía
sea una acción de gracias por el paso de tu vida entre nosotros, por tu presencia y encarnación en el África de
tus amores, recorriendo sus caminos ardientes y arenosos, cruzando sus ríos, a
veces desbordados, y atravesando sus
sabanas inmensas.
Palabras al inicio de la Eucaristía en Villasur de
Herreros, pronunciadas por José Manuel Madruga, antiguo Director General del
IEME y actual Delegado de Misiones de la diócesis de Burgos.