"El más grande misionero de la Amazonía peruana". "El héroe de la selva", "El misionero del remo". "El fundador de Requena del Tapiche". "El apóstol de las gentes ucayalinas"
Fr. Agustín López Pardo, ofm
1872-1946
Agustín López Pardo, oriundo de la localidad burgalesa, fue un misionero en la amazonia peruana el pasado siglo y uno de los fundadores, en 1907, de la ciudad de Requena.
En Perú vivió 58 años, trabajando con los más necesitados y fomentando la educación.
Agustín no era su verdadero nombre, sino que se llamaba Luis. Nació en Palacios de Benaver el 24 de agosto de 1872, en una casa enfrente de la iglesia de San Martín de Tours, en pleno centro del municipio. La curiosidad del joven Luis pronto empezaría a quedar patente; según ha quedado recogido, el maestro de la escuela, Miguel Lomas, afirmó que los deseos del niño eran marcharse hasta tierras lejanas para emprender la vida de misionero.
A finales del siglo XIX, los Colegios Apostólicos de Propaganda Fide del Perú se encontraban por España tratando de reunir niños que quisieran ser misioneros en el país sudamericano, prácticamente en la otra punta del mundo. Este es posiblemente el motivo que hizo que pretendiera en nuestro protagonista la llama de las misiones y la que ya nunca se apagó. A mediados de 1887, un adolescente Luis se trasladaba hasta el Convento de San Pedro Regalado en La Aguilera, al sur de la provincia, y se reúne con otros jóvenes cuyo objetivo no dista mucho entre sí; prepararse durante un tiempo para posteriormente emprender el camino hacia las lejanas e inhóspitas tierras amazónicas. El 1 de mayo de 1888 partió hacia Perú, sin conocer que esa misma noche había fallecido su padre. No sería hasta tres meses después, ya instalado en Sudamérica, cuando se enteraba del terrible suceso.
En el país sudamericano vivió 58 años, 15 de ellos en Arequipa, donde fue ordenado sacerdote, y 43 en las misiones de la selva peruana (39 en loa ciudad de Requena). Gracias a las gestiones que llevó a cabo, junto a otras personas, el 23 de agosto de 1907 se declaró de forma oficial la fundación de Requena, donde actualmente es muy recordado; cuenta con una estatua como homenaje en la Plaza de Armas y un colegio infantil a su nombre, además de haberse ganado el corazón de los peruanos gracias a su labor de evangelización y educación durante toda su vida. Escribió un diario contando sus vivencias o los rincones desconocidos de selva que descubría, confeccionó mapas, levantó censos de escuelas, de alumnos o de habitantes. No en vano, Requena fue conocida como la “Atenas del Ucayali” por haber sido uno de los primeros lugares de la región en contar con escuelas y academias de muy alto prestigio y reconocimiento.
El 14 de junio de 1946, cuando Europa se partía en dos por la II Guerra Mundial, muere a los 73 años debido a una fuerte pulmonía. Sus restos descansan en el presbiterio de la catedral de Requena.
En una casa junto a la iglesia de Palacios de Benaver cuelga, desde hace casi medio siglo, una placa que recuerda que allí nació Agustín López Pardo, nombre que adquirió cuando completó su profesión religiosa. La actual alcaldesa del municipio, Isabel López, recuerda con añoranza el homenaje que se organizó para recordar a tan ilustre vecino hace más de 45 años; “vino el embajador de Perú y su mujer”, cuenta, y ella y los jóvenes de la localidad montaron una obra de teatro para recaudar dinero que se utilizó para pagar el posterior aperitivo. “Ya no queda familia suya en el pueblo”, cuenta, por lo que la figura de, probablemente, su vecino más universal y conocido, va poco a poco cayendo en el cruel olvido del paso del tiempo.
(L.M. Artículo del Diario de Burgos, 9 de enero de 2017)