Desde el jueves
18, mi pensamiento y mi corazón no pueden dejar de pensar en ti, es tal la pena
y rabia que siento, que todavía no me lo quiero creer. Estoy aquí en la
oficina, esperando tus buenos días y tu sonrisa mañanera, nuestra primera
conversación ¿Qué tal estas hoy?, para ti siempre lo más importante, las
personas, que tu gente se sintiese feliz y en su casa.
Hoy sigo sin
entender esos renglones que Dios escribe en la vida de cada uno…, todos esos
proyectos que tenías en la Delegación, siempre pensando cómo mejorar, primero
empezaste por el espacio, para que todos nos sintiésemos más a gusto, el resto
con tu talante, uno simplemente se sentía feliz.
Feliz me he
sentido trabajando contigo, formando un equipo como tu decías, según tú el alma
de la delegación eran las secretarias, pues tú estabas de paso cumpliendo y
animando una misión, cuidar a tus padres que era lo primero, pero además tenías
que ser párroco, capellán y Delegado de Misiones. Y eras capaz de combinar todo
y poner en tu misión ese amor profundo del evangelio.
Sabiendo que
estabas de paso, pues siempre pensé que volverías a Brasil, como era tu
ilusión, esos eran tus planes, pero parece que Dios tenía otros. Tú pensaste que
venias a cuidar a tus padres, pero Dios te trajo para que tu familia disfrutase de ti estos últimos
años, y que todos los que hemos tenido la suerte de compartir este tiempo
contigo no podamos olvidarte. Amaste tanto, que quizá, a pesar de ser joven y
tener tantos proyectos, ya en esta vida lo hubieses dado todo.
Con el corazón encogido, me has dejado, te fuiste en silencio, sin
hacer ruido, con la sencillez que le caracterizaba.
Hombre con corazón grande, muy
grande, quizá eso es lo que tenéis los misioneros un corazón capaz de amar, y
que los que están a vuestro lado se sientan especiales.
Con él he aprendido a sentir la
misión en otra dimensión y a querer mucho más a todos los que con vuestras
fatigas y desvelos trabajáis en otras tierras llevando el evangelio.
Hoy en el cielo hay una estrella
más que brilla con más intensidad, porque es una estrella misionera.
Un Abrazo y hasta siempre
Maite
Delegación de Misiones de Burgos