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LA EVANGELIZACIÓN AD GENTES. PARADIGMA DE TODA LA MISIÓN DE LA IGLESIA

De la misión evangelizadora, de su intensidad y eficacia proviene la verdadera renovación de la Iglesia, de sus estructuras y de su actividad pastoral.

           Padre Vito Del Prete, PIME. Secretario General de la Pontificia Unión Misional (Roma)

 EG 15: «Juan Pablo II nos invitó a reconocer que « es necesario mantener viva la solicitud por el anun­cio » a los que están alejados de Cristo, « porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia ». La acti­vidad misionera « representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia » y « la causa misionera debe ser la primera ». ¿Qué sucedería si nos tomáramos realmente en serio esas palabras? Simplemente reconoceríamos que la salida misionera es el pa­radigma de toda obra de la Iglesia. En esta línea, los Obispos latinoamericanos afirmaron que ya « no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos » y que hace falta pasar « de una pastoral de mera conservación a una pasto­ral decididamente misionera ». Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para la Iglesia: « Habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nue­ve justos que no necesitan convertirse » (Lc 15,7)».

            El Padre Vito del Prete empieza hablando de Redemptoris Missio afirmando que la misión nueva atañe a todas las realidades eclesiales. Así pues no puede haber sectores en la Iglesia no impregnados de la identidad misionera. La misión ha de ser la razón de ser de la Iglesia. Si la misión se pierde de vista, la Iglesia se marchita.
            Por tanto una diócesis, parroquia… no son verdaderamente misioneras si no se implican en la misión ad gentes.
            Afirma que la novedad de EG: Es dar vida. Se pregunta con el Papa Francisco  ¿Qué sucedería si nos tomáramos en serio las palabras de la misión? La respuesta es pasar de la conservación a la misión. Obtendríamos de tal forma: El Evangelio y la alegría de mostrarle. (Siempre joven y siempre constante de comunicar) Ambos, son dos pilares del cristianismo que producen diferentes frutos: Alegría en la fe, fecundidad evangelizadora, recolocar a Cristo en el centro del Evangelio…

Evangelización, dimensión natural de la Iglesia:

            El Evangelio, centro y misión de la Iglesia. Cristo es el Evangelio eterno, es la fuente constante que nosotros debemos anunciar. La Iglesia tiene la misión de anunciar a los no cristianos. Es necesario para convencerse de que se es cristiano y de estar en la Iglesia. Son diversas sentencias que con estas y otras palabras repite el ponente constantemente.
            ¿Qué anuncio? ¿Qué actividades? En el fondo, problema de la evangelización.
La Evangelización es el centro de la Iglesia.  La Iglesia para ser y sentirse viva debe estar preparada para realizar la misión de Dios. La misión a todos los hombres: la misión de la Iglesia.
            Esta misión se halla todavía en los comienzos. Debemos poner toda nuestra energía. Se necesitan misioneros o misioneras para  llegar a las fronteras donde los hombres necesitan la salvación. Hoy vivimos una evangelización frágil, porque estamos en una sociedad no capaz de cultura fragmentada, debilitada. Por tanto, la misión es una contracultura. Nosotros hemos de ser portadores de una cultura diferente. Para ello, señalaremos algunos aspectos de la misión:
            - La lógica: el testimonio anunciado por Cristo. Esa es la visión global de la fe.    - Absoluta prioridad del Reino de Dios.
            - Los evangelizadores son absolutamente libres.
            - La humanidad tiene que saberse amada y salvada por Dios desde el Espíritu. No son presupuestos ni dados ni adquiridos.

¿Qué significa una Iglesia en salida misionera? Que la pastoral debe asumir el estilo di misio.
            Cómo Evagelizar transformación social-cultural: las iglesias y las comunidades cristianas tienen en verdad la consciencia, el deseo, el ansia de la evangelización. Pero muchas veces no están preparadas, no conocen metodologías, y están frenadas por la tradición.
            La pastoral debe asumir el estilo de misión. Debemos realizar un análisis de la sociedad en relación con la Iglesia, para situar nuestro servicio. Todos hablan de pastoral de evangelización, pero ¿Cómo concretizarlo? La Iglesia no existe para si mismo, sino para la humanidad. Todo su servicio ministerial, dirigido a la comunidad cristiana como tal. Lo que el P. Vito plantea, puede ser una posible solución.

Pero nos encontramos diferentes problemas: Carácter clerical de la comunidad.
Y eso nos da lugar a nuevas realidades con novedosas características:
- La mayoría de la gente ya no vive como el Evangelio.
- La cultura se está perdiendo, predomina el materialismo.
- Faltan puntos de referencia.
- A veces la cultura muestra su rostro deshumano. Así, la pornografía se presenta hoy como algo bello y como fin. Se está olvidando la cultura.

Resumiendo, es necesaria una verdadera evangelización. Pero no en la misma línea de antes. No podemos seguir ofreciendo lo que no pide la gente. La auténtica misión debe estar al servicio de la evangelización.

Ello nos lleva a unas actuaciones prácticas:

-          La comunidad cristiana debe vivir su propia fe entre las gentes entre las que vive, estableciendo de esta forma vínculos de justicia, solidaridad y paz.
-          La comunidad cristiana en relación con todas las posturas existentes en la realidad ha de estar siempre en situación de envío. Así se crean puentes con miras a una solidaridad.
-          Ha de haber búsqueda y testimonio del Evangelio.
-          La comunidad cristiana parte de los últimos, de los marginados. Dar voz  a los sin voz, humanizar al deshumanizado. Esto a partir del Evangelio.
-          La comunidad cristiana juega el papel profético, denunciando con palabra y vida lo que atañe al hombre. La Iglesia condicionada a persecuciones.
-          La comunidad cristiana inculturarse en la sociedad en la que vive.
-          La Iglesia cristiana no debe ser clerical, sino debe prevalecer línea de comunión. Todos deben ser sujetos activos del anuncio del Evangelio. Por ello existen los ministerios eclesiales.

       De todo esto debemos ser portadores, anunciadores… Toda Iglesia debe salir de su pequeño huerto para llevar a cabo estar acción evangelizadora, para hacer nuevos estilos de vida, para construir proyectos de evangelización en líneas de pastoral misionera.
     Una solución que plantea el ponente son cursos que preparen evangelizadores, y también evangelizadores ad extra. De esta forma la Iglesia tiene el deseo, pero muchas veces no tienen el método y está frenada por la acumulación de los años y el “siempre se ha hecho así”; olvidando que ella es la que debe hacer correr la Palabra de Dios por todo el mundo.
         Hoy debemos hacer un serio discernimiento evangélico ya que vivimos en tiempo de transición. Debemos ser conscientes de que lo válido hasta ahora, ya no lo es. Y la Iglesia no puede perder la alegría. Para ello hemos de volver a pensar en los orígenes, confiando en Dios.
        El ponente plantea una afirmación, bastante repetida a lo largo del simposio, y es que para un mundo en transformación hace falta el encuentro personal con Cristo, que hace encontrar nuevos métodos, ya que Él nos da la fuerza para emprender el cambio misionero. Por eso cada cristiano, cada comunidad ha de salir de cada parroquia cristiana. No nos pueden frene debilidades. Lo que nos empuja al anuncio del Evangelio es el encuentro con Cristo. También se ha de sanar las injusticias que la  afligen a la Iglesia, para poder desempeñar la misión que Cristo confía a la Iglesia, a través del encuentro personal con Jesús: llevar la palabra de Dios e instaurar reino de paz y de justicia.

Cooperación de todos a la actividad evangelizadora.

            Todos los que siguen a Cristo han de ser discípulos misioneros. Ser Iglesia, es ser pueblo de Dios en medio de la humanidad. Es estar en un estado permanente de envío.
            Se ha de iniciar una nueva etapa pastoral. Se han de renovar las comunidades eclesiales para encontrar las causas de la transmisión de la fe en Cristo. La Iglesia ha de comunicar la vida plena, la renovación de las comunidades.
            Primero anunciar nuestro país y luego el ir a la misión ad extra, aunque todo debe estar encaminado a la misión ad gentes. La prioridad es la misión ad gentes.


Al finalizar la ponencia hubo un interesante diálogo para aclarar términos, profundizar en cuestiones y plantear algunas preguntas:

1.- En un momento D. Vito usa el término tormento y ahora explica que es igual a pasión, a entrega total por la misión. “Es algo que no te deja dormir hasta por la noche”.

2.- También en relación con el análisis que hace de nuestra sociedad, recuerda que Juan Pablo II en SRS habla de contracultura. El misionero  lo enmarca en Mt 5-7, afirmando que la única ley que pone es la caridad, el amor y por tanto la caridad como compartir. Por tanto, el cristiano ha de aportar una cultura basada en Jesucristo. Además, hay que interpretar las nuevas antropologías, porque todo no es negativo. Por ejemplo: la voluntariedad, el gran sentido de la fraternidad, de búsqueda de valores… Hay que interpretar los modelos culturales. Hace falta inculturación. El problema es la crisis de occidente, no del Evangelio, no de la sociedad. Me resultó curiosa la referencia que hizo a que estamos enseñando y dando a nuestros católicos lo que se daba en el 1800. Entonces, podemos concluir que estamos vendiendo lo sagrado, (y además, ¡a mal precio!)

3.- En relación a las exhortaciones post sinodales de los continentes, se plantea cómo conjugar la Doctrina Social de la Iglesia y la misión ad gentes. D. Vito responde con su pensamiento, que va más allá de los documentos eclesiales: No podemos sustituir a los políticos ni a los sociólogos. Nosotros hemos de estar solamente (¡que no es poco!) a favor de una cultura evangélica, basada en las bienaventuranzas.  Reconoce que muchas veces ha faltado el elemento principal de la misión. Presenta el ejemplo de los cristianos en el imperio romano que sin poder, ni dinero, no estaban ligados a los distintos gobiernos, y el evangelio creó una nueva sociedad más justa. Así, nosotros debemos crear una comunidad nueva. Hemos de caracterizarnos por la caridad.

4.-  Otra cuestión, también muy interesante son las propuestas que la Iglesia misionera puede realizar frente a los peligros de los extremistas, hoy en día el islamismo en tierras africanas.
       
        D. Vito comienza recordando que D. Eloy ha hablado de la alegría del Evangelio, pero que también se ha de hablar de la cruz del Evangelio. Del crucificado resucitado. Nuestra desgracia: que somos seguidores de un crucificado.

Concluye la mañana con una sentencia impresionante: Si una Iglesia no es perseguida, no es demasiado cristiana. Nuestras Iglesias, no sólo no son perseguidas, sino demasiadas unidas a nuestros gobiernos. Así pues, falta la dimensión profética. Las Iglesias deben tener función profética. Resumiendo, la caridad en la fe no te da privilegios, sino que te vaticina persecución.

Apuntes de la Charla  tomados por Seminaristas día 5 de Marzo por el  
Padre Vito Dei Prete, Secretario General de la Pontificia Unión Misional (Roma)