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Gracias, Bernardino Duque Sanz

 


El sábado 26 de febrero fallecía, a los 84 años, el sacerdote burgalés Bernardino Duque Sanz. Nació el 23 de marzo de 1937 y fue ordenado sacerdote el 21 de enero 1962. Comienzó a ejercer su ministerio sacerdotal en la diócesis de Chillán (Chile). Se incorporó a la archidiócesis de Burgos el año 1996 como párroco de Tórtoles de Esgueva y servicios, y párroco de Vadocondes y servicios. Se retira en la residencia de ancianos El Carmen regentada por las hermanas de la Asociación de la Virgen de los Dolores de Peñaranda de Duero, donde ha ejercido como capellán.

 

Desde la Diócesis San Bartolomé de Chillán, Chile, escribe su Obispo Mons. Sergio Pérez de Arce, dando las gracias por sus  37 años (1959–1996) que sirvió pastoralmente en su diócesis.

“Bernardino es parte de un grupo de generosos sacerdotes misioneros, venidos de diócesis españolas, que invitados por el Obispo de entonces, don Eladio Vicuña, llegaron a servir en esta porción del pueblo de Dios.

Bernardino llega a Chile en 1959, como seminarista, siendo ordenado presbítero en Chillán, el 21 de enero de 1962.

            Fue fiel colaborador de los Obispos diocesanos, sirviendo como Protesorero, Prosecretario y Administrador de Bienes del Obispado de Chillán.

            En el inicio de su sacerdocio es nombrado asesor de la JOC, capellán de las Siervas de Jesús, y vicario cooperador en la parroquia Nuestra Señora de la Merced, para encargarse de la reciente población Rosita O’Higgins, levantado el templo “San José Obrero”, para el servicio de los feligreses del sector.  

En 1976 se hace cargo de la Parroquia de Tucapel. En 1978 asume como responsable de las “Jornadas Vocacionales”, acompañando a muchos de los que hoy somos sacerdotes, en el discernimiento de nuestra vocación.

            En 1983 es nombrado Párroco de San Vicente de Paul. En 1984 asume como Asesor de Cursillos de Cristiandad y en 1986 es designado secretario Canciller del Obispado.

            El 7 de agosto de 1993 es nombrado Párroco en Yungay, En 1996, sufre un accidente, y regresa a Burgos.

Hoy agradecemos a Dios, a la Arquidiócesis de Burgos, y a la familia de Bernardino, el habérnoslo regalado por 37 años, como fiel servidor del Señor.   Su prolongado e infatigable servicio apostólico al pueblo de Dios, la amistad y alegría que los sacerdotes hemos compartido con él, nos hacen exclamar, que como Jesús, Bernardino, ungido por el Espíritu Santo, pasó entre nosotros haciendo el bien (Hechos, 8,38).”

Desde la Diócesis de Burgos agradecemos está cariñosa muestra de cariño hacia el P. Bernardino por parte de la Diócesis San Bartolomé de Chillán (Chile)