Siempre es importante tener alguien como tú, que conoce como
tú la profesión y es capaz de velar por aquello que se presupone importante y
necesario, pero es lo primero que se olvida: cuidarse. Anastasio Gil, director
nacional de Obras Misionales Pontificias, falleció a los 72 años en Madrid. Don
Anastasio, como todos le conocíamos, no es burgalés sino segoviano, visitaba
Burgos de vez en cuando, pero era buen conocedor de un puñado de burgaleses,
casi 800, dispersos por el mundo, llamados “misioneros”. ¿Cuál era su
profesión? Sacerdote cuidador de los misioneros, que consideraba “el tesoro más
preciado de la Iglesia y el tesoro de la Iglesia más apreciado por la sociedad.
A ellos dedicó más de 20 años de su vida, pero muy
especialmente desde 2011, cuando asumió la dirección de obras Misionales Pontificias. Gracias a su empeño, su apertura
y su trabajo con los mejores profesionales la Campaña del Domund o la Infancia
Misionera dieron un giro nuevo, moderno y sorprendente. Si no que se lo digan a
Pilar Rahola, pregonera del Domund en 2016 o a Luz Casal, en 2017, o a los
Superhéroes.
Pero este obituario comenzaba por su dedicación al cuidado
del tesoro más preciado de la Iglesia: los misioneros. Cuidar significa hacer
visibles y todos conocimos que en España había catorce mil misioneros, mejor
catorce mil embajadores dando su vida gratuitamente. Cuidar significa velar por
los derechos de los que se van y para ello hay que luchar en el propio país. Y
así lo hizo por una ley nacional de voluntariado más amplia (todavía no
conseguida) que velara por las prestaciones de los laicos misioneros, no con la
franquicia de “cooperadores de ONG”, sino como misioneros.
Cuidar significa invertir en formación y reciclaje y así
sucedió con la creación de la cátedra de Misionología en Madrid, con tantas
jornadas veraniegas en Segovia y con el impulso a la Semana Española de
Misionología de Burgos para hacer del descanso formación. Cuidar significa
trabajar en red porque la red hace la fuerza y así lo demuestran las
delegaciones de misiones de casi todas las diócesis españolas presenten en las
Redes Sociales y sirviendo como nadie a los misioneros.
Muchas buenas y pequeñas acciones para cambiar el mundo de
la misión con carácter, con autenticidad, pero sin afán de protagonismo. Muere
un hombre con casta, con ideas claras, incansable trabajador… y muere sin
hagiografía en Wikipedia, sin cuenta Twitter, sin Facebook y sin fotos en
Instagram. Y veía como nadie que estos son los nuevos campos para la
misión y lugar donde la misión de la Iglesia debía ser pionera.