Queridos amigos se acerca la fiesta misionera del Domund, como cada año todos los católicos nos sensibilizamos con las misiones, ciertamente es una fecha especial por la que vibramos todos, domingo mundial de las misiones, niños, jóvenes y adultos, nos ponemos en pie y nuestra mente se va con su imaginación a tantos países en el mundo donde existe el sufrimiento y el dolor, especialmente recuerdo que en la escuela se decía, ”Domund, limosna para los negritos”, nos identificábamos con el continente africano, pero después de más de un cuarto de siglo en el continente de América, vemos que la pobreza y el sufrimiento se ve igualmente en los demás continentes también en América o Asia.
Este año, el Papa Francisco que tanto nos recuerda que hay que ser misioneros con espíritu “ad gentes” es decir de salida al encuentro del otro, ha querido convocarnos con los jóvenes, ya que en este mes de octubre se lleva a cabo en Roma el Sínodo de los jóvenes, y dar a la misión un tinte vocacional. Nos hace entender que la Iglesia es por vocación Misionera, que para ello llamó Jesús a sus discípulos, para ser misioneros,” Id por todo el mundo y anunciad el evangelio a todos los pueblos”, lo importante de esta vocación es que no es particular para un grupo sino para todos los humanos.
Por ello el Papa nos dice:
1.-: La vida es una misión, y “cada hombre y cada mujer es una misión,” y esta es la razón por la que se encuentra en la tierra.
Como toda vocación hay una llamada, “y hay una iniciativa que nos precede y nos llama a la existencia, en nuestro corazón hay un doble movimiento ser atraídos y ser enviados, como decía su Exhortación Evagelium Gaudium, debemos reflexionar sobre esta realidad “yo soy una misión en esta tierra y para eso estoy en este mundo” EG.273.
2.- En esta vocación y misión que cumplir, está la necesidad de anunciar a Jesucristo muerto y resucitado por nosotros, como respuesta para encontrar lo que busca el ser humano, por la fe se nos da la posibilidad de realizar los anhelos más profundos de la existencia humana. Y por ello muchos hombres y mujeres se pusieron en camino para dejar su casa y su patria e ir a llevar el amor de Dios a sus hermanos más alejados y necesitados de conocer este tesoro del evangelio.
3.- Esta tarea de llevar el evangelio a todos los pueblos, empezó con Jesús, lo sigue su Iglesia y todavía no ha terminado, falta mucho por hacer. Esta trasmisión de la fe nos dice el Papa: ”es el corazón de la misión de la Iglesia y se realiza por el contagio del amor, en el que la alegría del que lo anuncia como el que lo recibe es parte del fruto de evangelizar, el misionero lo hace gratuitamente como lo ha recibido, y con un corazón abierto sin límites como lo exige el amor verdadero, hasta los confines de la tierra.
En un mundo digital en que vivimos las redes sociales que nos invaden y traspasan parece no haber fronteras. Por ello hay que lanzarse sin miedo más allá de las fronteras, podremos tener miles de contactos pero solo con el don de la entrega de sí mismo podremos llegar y cumplir la misión del que nos ha llamado en esta tierra.
4.- El Papa dice a los jóvenes y también a todos nosotros: para un joven que quiera seguir a Cristo lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación “. ¿Buscas a Cristo? ¿Te apuntas a seguirlo?
Salgamos convencidos que todos estamos convocados a testimoniar este amor que Cristo nos ha enseñado, a ser misioneros desde las distintas realidades y expresiones en la Iglesia y en el mundo, como dice el Papa “Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie. Le. Haces falta a mucha gente y esto piénsalo”. Tengamos un Corazón misionero.
Monseñor Rafael Cob García