El próximo día 6 de enero se celebra la jornada dedicada a los
Catequistas Nativos, verdaderos protagonistas de la evangelización en las
Iglesias de misión. En América, Asia y sobre todo en África su labor es
inestimable, por la cercanía al pueblo de Dios en su vida cotidiana y por cómo
plantan y cultivan la semilla de la fe, por enseñar a rezar a los más pequeños
y vivir con coherencia a los mayores.
En la fiesta de
Epifanía, manifestación del Salvador a todos los pueblos, la Iglesia llama la
atención sobre la urgencia misionera con este recuerdo y apoyo a los
catequistas en los territorios de misión. La organización y animación de esta
jornada está encomendada por la Santa Sede al Instituto Español de Misiones
Extranjeras (IEME). Y es que en la Epifanía se celebra también la fiesta
misionera de este Instituto, verdadero cauce a la misión para los sacerdotes
diocesanos en España.
El que un sacerdote
diocesano partiera como misionero – algo que hoy en día parece tan común – no
lo era hace un siglo. Entonces la misión ad gentes, abandonando el propio país
y evangelizando en tierras lejanas, parecía estar abierta sólo a las
congregaciones religiosas. Gracias al dinamismo misionero de sacerdotes de
Burgos se abrió una nueva “cantera” misionera.
Fue el Papa Benedicto XV
el que respaldó esta puerta a la misión. Un Papa que alentaba a los sacerdotes
diocesanos a llevar el mensaje del Evangelio a todos los rincones del mundo. El
Papa que escribió la carta apostólica Maximum Illud, el mismo año que se
fundaba el IEME, y cuyo centenario ha llevado al Papa Francisco a convocar el
Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019. Tras el cambio de mentalidad
que supuso el IEME surgieron otros cauces para vivir la misión a partir de las
diócesis, como las misiones diocesanas, los hermanamientos entre diócesis y
parroquias, los acuerdos de colaboración…
La fiesta misionera de
la Epifanía tiene por tanto dos destinatarios de la generosidad de los fieles,
los catequistas y el IEME. La mitad de la colecta de ese día, correspondiente a
los catequistas en los territorios de misión, se entrega a la Congregación para
la Evangelización de los Pueblos, que lo destina a su sostenimiento y
formación. La otra mitad va destinada al Instituto Español de Misiones Extranjeras,
pionero en la toma de conciencia de que todo cristianos es misionero, sea
religiosa o religioso, sacerdote o laico.
OMPRESS-MADRID (21-12-18)