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NO HAY MISION SIN MISIONEROS, CRISTO TE LLAMA A SER MISIONERO




A DEL MISIONERO ECUATORIANO AD-GENTES 2020
No podemos dejar pasar esta celebración del misionero ecuatoriano ad gentes A pesar de que este año estemos en una situación muy distinta de la que otros años teníamos debido a la pandemia mundial del coronavirus19 que hoy sufrimos.
Un virus tan pequeño que se hace invisible y sin embargo causa tanta muerte y dolor en todo el mundo, también este virus ha segado la muerte de hermanos misioneros y misioneras que cumpliendo su misión de servir a los más pobres se contagiaron, y dieron la vida por causa del evangelio. Queremos darles nuestro homenaje por su entrega hasta dar la vida, Oramos por ellos, para que Dios recompense su amor y les tenga en su gloria.
Pero la pasión misionera ad gentes no la detiene el virus, más bien la enciende más para que su testimonio sea luz y ejemplo para todos. La palabra de Dios no está encadenada ni  la detiene el virus,  sino que vuela  de continente en continente por la fuerza imparable del evangelio. “Dichosos los pies del mensajero que por el mundo  lleva la paz”
Quisiera en este mensaje compartir las ideas que el Papa Francisco nos daba como sugerencias  para el camino misionero  el día de la Ascensión, en este día  volvimos a escuchar el mandato misionero de Jesús a su Iglesia, y como aquellos  discípulos después de escucharle se vuelven con alegría a esperar al Espíritu Santo   prometido en Jerusalén. Así nosotros llenémonos del mismo espíritu.
Como dice el Papa, fue ese milagro de Pentecostés el que cambió sus vidas, su tristeza en gozo, su debilidad en fortaleza, el que les impulsó a salir  para iniciar el camino ad-gentes de la Iglesia misionera.
Es el Espíritu Santo, el que hace fecunda la misión y la preserva, sin Él, solo serían palabras humanas vacías. La salvación no es consecuencia de nuestras iniciativas o razonamientos sino del encuentro con El, que nos llama, impulsa a ser testigos de Cristo muerto y resucitado, reconociendo que la Fe es un don de Dios.
Por ello sintámonos invitados a ser misioneros ad gentes como los hermanos y hermanas ecuatorianos que nos precedieron en este camino evangelizador, a quien hoy les felicitamos   y a quienes nuestras parroquias deben apoyar e imitar.
Como ejemplo de ese salir misionero tenemos a la beata ecuatoriana Mercedes de Jesús Molina, patrona de los misioneros ecuatorianos ad gentes, ella que salió de su parroquia y de su casa, para venir a servir  en la selva a sus hermanos indígenas, ejemplo de entrega generosa, que con su ternura y firmeza sembró un camino de huellas misioneras a seguir.
Hoy también de diversas comunidades religiosas en Ecuador han salido de su patria para ir a servir a los más pobres.
¿Qué hacen nuestro misioneros para trabajar con alegría en esas tierras de misión? llevar con el evangelio la paz y el amor de una vida en plenitud, que Jesús ha traído para todos pero que muchos todavía no la conocen.
Por eso, la tarea evangelizadora que el Papa Francisco nos describe en su encíclica misionera Evangelium gaudiun, nos enseña a salir con alegría llevando el evangelio, el mismo Papa nos recordaba el domingo de la Ascensión algunas unas sugerencias para hacer  el camino misionero.
El mensaje del evangelio debe ser atractivo, que seduce y apasiona a los que nos escuchen y sobre todo a los que nos ven por nuestro testimonio, podemos verlo en Sta. Teresa de Calcuta que atraía por su caridad con los más pobres.
La segunda sugerencia en el camino misionero es la Gratitud y gratuidad, como nos ha recordado muchas veces el Papa, debemos no olvidar nuestras raíces, de donde nos sacó el Señor, “Él nos amó primero,  por ello ser agradecido con Dios  que nos llamó y eligió. Sólo así puede florecer el milagro de la gratuidad, el don gratuito de sí. Tampoco el fervor misionero puede obtenerse como consecuencia de un razonamiento o de un cálculo. Ponerse en “estado de misión” es un efecto del agradecimiento, es la respuesta de la gratuidad divina.         
La Humildad, es el camino por donde todos los santos conquistaron su santidad, hay que aprender la lección del maestro “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”Mt.11, 29. “Nunca se podrá pensar en servir a la misión de la Iglesia con la arrogancia individual y a través de la ostentación, con la soberbia de quien desvirtúa también el don de los sacramentos y las palabras más auténticas de la fe.
Facilitar y no complicar: este consejo que el Papa, nos demuestra como muchas veces olvidamos lo esencial y central y nos quedamos en lo secundario, en  las burocracias y formalidades, en vez de facilitar, dificultamos, la Iglesia no es una aduana, Un corazón misionero reconoce la condición actual en la que se encuentran las personas reales, con sus límites, sus pecados, sus debilidades, y se hace «débil con los débiles» (1 Co 9,22). “Salir” en misión para llegar a las periferias humanas no quiere decir vagar sin dirección ni sentido, como vendedores impacientes que se quejan de que la gente es muy ruda y anticuada. Necesitamos facilitar el encuentro con Cristo
Cercanía  en la vida cuotidiana, el triunfo en la vida está hecha de los pequeños detalles de cada día. La vida ordinaria de todos, la participación en las necesidades, esperanzas y problemas de todos, es el lugar y la condición en la que quien ha reconocido el amor de Cristo y ha recibido el don del Espíritu Santo puede dar razón a quien le pregunte de la fe, de la esperanza y de la caridad
Predilección por los pobres y pequeños. “Todo impulso misionero, si está movido por el Espíritu Santo, manifiesta predilección por los pobres y por los pequeños, como signo y reflejo de la preferencia que el Señor tiene por ellos.” Jesús al iniciar su vida pública en el anuncio del Reino lo manifiesta,” he venido a traer la buena nueva a los pobres”. Sigamos estos consejos  que nos ayudaran a ser misioneros y misioneras conforme al Espíritu de Pentecostés.
El espíritu Santo sujeto insustituible de la Misión nos guía y nos impulsa a salir, el amor de Cristo nos urge a la entrega generosa y el Padre providente nos sostiene en el camino. Lo nuestro es sembrar Dios da el crecimiento.
Vivamos con alegría  la aventura del evangelio,  salgamos  como los apóstoles en Pentecostés y gritemos por las calles la buena noticia Cristo, que murió por ti,  Dios lo resucito, para que tú no mueras, sino vivas la vida en plenitud. Solo si compartes tu fe en Cristo, los demás podrán conocer el mensaje de Jesús, y conociéndole amarle y compartirle, hagamos nuestras comunidades vivas, unidas y misioneras, que contagien  el virus del amor de Cristo para que este mundo cambie y se convierta según el querer de Dios.                  
Mons. Rafael Cob