Es lo que hace en esta
localidad mozambiqueña la hermana Francisca Caño y su comunidad de la Obra
Misionera de Jesús y María. Lo llevan haciendo muchos, muchos años, pero ahora
en medio del covid, su labor es más necesaria que nunca. Nos escribe, para
contarnos cómo es la situación en medio la pandemia que tanto ha cambiado
nuestro mundo:
“Estoy aquí en
Nacala
desde hace 25 años. Pertenezco a la congregación Obra Misionera de Jesús y
María, fundada en España por la Beata Madre María Pilar Izquierdo. Aquí en
Nacala tenemos un centro de recuperación nutricional, un centro de Salud,
preescolar y otras actividades. Yo, junto con otras hermanas, atendemos el
centro de salud y centro nutricional. El año pasado y este con el problema del
covid todo ha sido diferente. Al grupo de niños que seguimos con problemas de
mal nutrición no los hemos podido tener en el centro. Solo vienen a revisión de
peso y salud y para que se lleven leche y otros alimentos. Más numeroso ha sido
el grupo que llega también para llevarse leche que son bebés huérfanos, y
familias con hijos numerosos y mal alimentados. Muchas familias contaban con la
venta de comida y otras cosas pero, al estar las escuelas cerradas a muchas
familias, se ven mal para alimentarse. Por eso tenemos a más de un centenar a
los que atendemos regularmente para darles alimentos y medicinas.
En el centro de Salud
tenemos de 50 a 60 consultas diarias. Continúan las enfermedades de siempre
como las malarias, infecciones de todo tipo en la piel, muchas diarreas, y el
VIH, con sus enfermedades oportunistas, tuberculosis, sarcomas etc… y sufrimos
muertes también, sobre todo de mamás muy jóvenes, cuando van a dar a luz. Pero
estas muertes no las publican y sabemos que están aumentando. Para el gobierno
no son de interés.
La realidad actual del
covid es de aumento de infectados y de muertos. Diariamente llegan a ser de 400
a 600 los infectados y los muertos, de 15 a 20 diarios. Esas son las cifras
oficiales, aunque la realidad sea otra cosa. Gracias a Dios en la mayoría de
los casos no lo sufren con síntomas graves. Así es como llegan a nuestro
centro, con síntomas no muy graves, pero tampoco tenemos acceso a tests. Estos
solo son para la gente que viaja en avión y son muy caros. Además, aquí guardar
aislamiento en casa es casi imposible pues viven fuera de la ‘payota’ (las
chozas de caña) y están muy juntos, con los niños en la calle todo el día… En
cuanto a la vacuna, hemos oído en la televisión que el gobierno del Brasil va a
regalar vacunas, aunque no sabemos para quién ni cómo serán de eficaces”.