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PRESENTACIÓN DEL LIBRO: CADENAS DE LIBERTAD

 


Pier Luigi Maccalli

DOS AÑOS DE SECUESTRO EN EL SAHEL

 

Como sabéis, pertenezco a la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) y he pasado  21  años + 2 en  África: En estos años he vivido  una experiencia misionera  muy positiva y activa en la evangelización y la promoción humana.  Para mí, evangelio y promoción humana van siempre de la mano.

 

1.- LA PASTORAL DE LA ESTERILLA

  Mi trabajo pastoral en el Níger era la pastoral de la esterilla. Es una expresión del primer obispo de Niamey, Monseñor Hippolyte Berlier, que solía decía a los agentes pastorales del Níger: “Les pido que vivan la pastoral de la esterilla. Es decir, vayan y siéntense en el estela de la ESCUCHA y la AMISTAD. Aprendan la lengua y quédense con la gente. Y solo después, levántense para caminar juntos”. Esta pastoral ha dado, en estos años de misión,  nacimiento a muchas iniciativas para responder a  las necesidades de las personas  que resumo en tres áreas: salud, educación, desarrollo.

Ø  Salud: Pozos, Maternidad, Centro Nutricional para desnutridos y huérfanos de nacimiento y un almacén de Farmacia

Ø  Educación: escuela primaria y alfabetización de adultos y formación de aprendices de oficios…. ¡Estaba pensando en una escuela secundaria agrícola! El futuro de África pasa por la escuela = formación y encuentro de etnias...

Ø  Desarrollo: Formación de jóvenes agricultores en medio rural: introducción del arado y cultivos innovadores para luchar contra el cambio climático

Todo se detuvo el 17 de septiembre de 2018… cuando me secuestraron en la noche, a punta de kalashnikov, y me llevaron a Burkina.

Fueron 17 días en moto, más 22 días con cadenas puestas. Así hasta el 5 de octubre.

Luego vinieron viajes en coche por dunas de arena, y también la grabación del primer video. Era ya el 28 de octubre.

Y después… soledad durante 6 meses. Más tarde apareció la compañía de Luca y Nicola.

Y a partir del 14 de septiembre de 2019, de nuevo, tuve que soportar más y más cadenas....

Todo esto duró 752 días: 2 años y 3 semanas.

El 8 de octubre de 2020, finalmente, me llegó la liberación…

¡Ha sido un periodo muy largo!

 Me atrevo a resumir este largo tiempo de cautiverio en tres palabras: Cadenas, Oración y Silencio.

Ø  Cadenas: Me encadenaron, por primera vez, a un árbol el 5 de octubre de 2018, día y noche durante 22 días consecutivos, y en este tiempo, he llorado mucho.  Luego me llevaron al  Sáhara de las dunas y allí me quitaron las cadenas pues el Sahara era mi prisión a cielo abierto.  Estas cadenas volvieron en septiembre de 2019

Ø  Oración: Fueron, precisamente estas cadenas las que liberaron  la oración del corazón en mí… (las cadenas abrieron mi espacio de libertad). Si mis pies están encadenados, mi corazón no lo estaba…Podía hacer como Santa Teresa de Lisieux (patrona de las misiones) rezar por todas las periferias del mundo. Con el corazón pude andar por los caminos de mis pueblos  y con mi rosario, hecho con tela rota, intercedía por todo el mundo. ¡María y el Espíritu Santo han sido mis compañeros de cautiverio.

 Ø  Silencio:  En este desierto infinito estaba envuelto por un gran Silencio. Un silencio ensordecedor fuera de mí y dentro de mí... un silencio habitado por muchos porqués.  Atravesé la noche oscura y el silencio de Dios y grité (como Jesús en la cruz): “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” No estaba desesperado, pero no podía entender por qué la Palabra de Dios se había callado repentinamente. Pero en este silencio pude leer toda la historia de la cruz que (después del grito de abandono) termina con las palabras “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

¡He perdonado y estoy en paz!

 

2 - LA PASTORAL DEL SILENCIO

En la esterilla del silencio descubrí que la Oración es “armonía de dos silencios” (San Juan de la Cruz)

Con el paso de los meses, este gran silencio se convirtió en el mayor regalo: descubrí que Dios es silencio. Lo conocía como la “Palabra” (de Dios) y me asombraba que ya no me hablara más. Ni señales ni sueños... ¡ni una palabra!

Y es que Dios es otro y está más allá de nuestras palabras. No hay palabras para decir Dios. Él es lo indecible. Él es presencia en ausencia. Él es luz en la oscuridad. Él es Alfa y Omega… Allí, durante mi cautiverio, experimenté un Dios más allá de la Palabra, un Dios que creí encontrarlo ya en otra parte: Dios es una brisa ligera, es un Espíritu libre, es Espacio vacío, libre, pero disponible... Permíteme esta imagen atrevida para ilustrar esto que digo: Dios es como el espacio de las entrañas de una madre embarazada que engendra una nueva vida. Sentí que el desierto (espacio vacío) no está del todo vacío, sino que es condición ideal para acoger, escuchar, probar a Dios en la novedad.

Hoy digo: la palabra viene del silencio, la Palabra de Dios es hija del silencio. El Verbo se hizo carne en el seno de Dios. El silencio es padre/madre de la Palabra... No en balde Jesús se refugió en el seno del Padre en la noche... y salió con una palabra nueva y liberadora. El silencio es entonces la condición para que se produzca y pueda nacer una palabra creadora.

No me detengo en los detalles de mi historia de secuestrado que podréis leer en el libro. Simplemente quiero decir que esta experiencia me ha cambiado, profundamente. Me ha ofrecido una lectura profunda sobre la vida, sobre la misión y también sobre Dios.

 

3.- MI NUEVA MISIÓN

Hoy me siento llamado a vivir mi misión a la luz de la carta del Papa Francisco “Fratelli tutti”: me considero fruto o hijo de esta palabra profética del Papa Francisco.

Después de 2 años de libertad, me doy cuenta de que allí comenzó mi nueva misión: ¡Dar testimonio de la fraternidad universal!

El 4 de octubre escuche por radio que el Papa Francisco había firmado  esta encíclica en la tumba de San Francisco de Asís en la tarde del 3 de octubre de 2020. Creo que estas dos palabras “todos hermanos” inspiraron lo que dije con un corazón abierto a Abu Naser (uno de los secuestradores, de religión musulmana) el día de mi liberación (8 de octubre de 2020): "Que Dios nos haga comprender un día que todos somos hermanos". Le ofrecí mi fraternidad humana y estoy en paz.

“Todos hermanos” significa convertirse en hermanos universales con todo el mundo. Es exigente... pero es el futuro... y sobre todo, ¡es el evangelio!

 Una palabra de agradecimiento

        No pensé que mi historia pudiera interesar a tanta gente. Durante mi cautiverio pensé que me habían robado dos años de misiones hermosas, positivas y activas... cuando regresé me di cuenta que estos dos años de exilio fueron los más fructíferos de todos mis 23 años de misión en África. La misión es de Dios y los misioneros somos simplemente sus servidores.

¡Muchísimas gracias!

Texto traduccido de su intervención