Llegó la cuaresma y nos recuerda que es tiempo propicio para la reflexión profunda de nuestro vivir con la invitación como Jesús lo hizo, de retirarnos al desierto del silencio para escuchar la voz interior que nos invita a la conversión. Esa fue la palabra con la que comienza el anuncio de la buena Nueva de Jesús: “Convertíos porque el Reino de Dios ha llegado”, Mt.4, 17...Ese Reino de Dios debe llegar a toda la humanidad que necesita de esta conversión y ello solo será posible con una conversión de los que lleven el anuncio de este Reino que Jesús nos enseñó y que debemos ponerle en práctica.
Los que nos decimos cristianos, los que creemos
en Cristo debemos realizar una conversión de corazón que nos lleve a la reconciliación
con Dios, con los demás, con la creación y con nosotros mismos. Tenemos
ejemplos en donde inspirarnos como el de S. Francisco de Asís,” para
proponer una sana relación con lo creado como una dimensión de la conversión
integra de la persona, implica reconocer los propios errores, pecados y
vicios o negligencias y arrepentirse de corazón, cambiar desde
dentro…ello lleva a la reconciliación con la creación que Dios nos regaló,
debemos hacer la experiencia de una conversión de un cambio de corazón” (LS.218)
En esta Cuaresma queremos invitar a todos a una
contemplación de la realidad que vivimos, una humanidad dividida y fragmentada
necesitada de reconciliación. Pareciera que el enfrentamiento de clases
sociales se va apoderando en nuestra sociedad a través de sembrar la cizaña de
las ideologías de un pensamiento que no lleva a la
reconciliación sino a la confrontación , de actitudes dictatoriales en
cuya raíz está el primer pecado de origen ,” querer ser como
dioses,” es la primera tentación que nos describe el génesis “se les
abrirán los ojos y serán como Dios”Gn.3,5 la soberbia le llevo
al hombre a la desobediencia y perder con ello sus privilegios. El
insaciable hambre de poder y de tener, sigue causando tristeza y
muerte, a costa de hacer creer que el que piensa diferente que yo,
es mi enemigo , robando la posibilidad de un enriquecimiento mutuo y de trabajar
por la unidad desde la diversidad .Mientras la violencia aflora en el corazón
humano como falso instrumento para alcanzar el poder y el tener y
se adueña de nuestra mente la actitud de la irracionalidad humana
ocultando la verdadera raíz del mal que es el pecado, y no olvidarnos que
todos somos hermanos y estamos en la misma tierra como peregrinos a un
destino común vivir en la armonía y la paz para la que Dios nos creó.
La contemplación de nuestro mundo, pide
escuchar el drama de nuestra gente, cuando oímos decir “ antes podíamos
vivir en este lugar con tranquilidad y paz, hoy ya no, escuchar el grito
del que sufre por la falta de justicia ,de respeto a sus
derechos, se va agigantando la violencia desde la falta de respeto al
espacio sagrado del territorio donde vivimos, hasta el irrespeto que termina
con la vida misma de la persona, hoy muchos espacios, son contaminados
,deforestados y explotados, sin tener en cuenta el daño de este actuar a las
personas que vivimos en esta tierra, se desfigura la hermosura y la belleza de
esta casa común que es nuestro planeta tierra y si quita del medio al que
denuncia y nos exige el respeto.
La tierra que Dios creo y nos invitó a cuidarla
y cultivarla, la vemos gobernada por el ansia de poder de la mano
depredadora y el corazón codicioso, causando heridas
profundas en el hábitat humano, debemos sanar estas heridas , ello exige
reconciliación, un camino para humanizar y pacificar nuestra sociedad.
Reconciliarse es la medicina que nos receta la conversión para alcanzar la paz
del corazón.
¿De que valen las palabras y leyes que hacemos los
humanos si no las vivimos? La incoherencia y el engaño son dos actitudes que se
nos van metiendo haciendo una sociedad indiferente ante la
injusticia , Jesús decía : “si al llevar tu ofrenda te acuerdas que
tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda y ve a
reconciliarte primero con tu hermano” mt.5,23-24 .La
reconciliación es premisa para restaurar lo destruido, para hacernos
agradables a los ojos de Dios, y sentir que nos equivocamos somos humanos
no dioses , pero debemos corregir los errores cometidos.
Cada ser de la creación refleja la imagen del Creador,
pero a nosotros, creaturas, nos falta respetar los fines de los
seres para los que fueron creados .Por ello es urgente el compromiso después de
contemplar y escuchar, pasar al discernimiento que exige la iluminación de la
palabra de Dios , donde aprendamos a saber y practicar
actitudes de una filosofía cristiana de la Reconciliación que pide
voluntad de dialogo , que nos pide humildad , sinceridad y valentía, para
desde nuestro interior reconocer nuestras equivocaciones y nuestras ofensas
contra la fraternidad y proponer caminos que lleven a la armonía y creer que
todo es posible para el que cree .
Dice Jesús:” se dijo ojo por
ojo y diente por diente, en cambio yo les digo, amen a sus enemigos,
recen por sus perseguidores,…si solo amáis a los que os aman ¿Qué premio
tendréis?” “también los pecadores aman a los que los aman. “lc.6.32 Jesús
nos amó hasta el extremo Jn.13, 1.” No habrá una capacidad de trasformar algo,
si no cambian las personas, si no se las estimula a optar por otro
estilo de vida, menos voraz, más sereno, más respetuoso, menos ansioso,
más fraterno”QA.nº58. Estamos llamados como cristianos apuntar más
alto que lo ordinario, llamados a mayor perfección ,a saber que el
perdonar, es la mayor expresión del amor, fijándonos en el Dios
que hace salir el sol y manda la lluvia a justos y pecadores
Mt.5,43. Así nuestro amor debe desbordarse hasta amar a los que nos
hicieron mal o tenemos por enemigos “No es fácil desarrollar
esta sana humildad y una feliz sobriedad si nos volvemos autónomos, si
excluimos de nuestra vida a Dios y nuestro yo ocupa su lugar. Nº 224 LS
No caigamos en la hipocresía que tanto Jesús
rechazó, desterremos las apariencias y abramos nuestro corazón para recibir el
perdón y la paz, frutos de la reconciliación. “la conversión
interior es lo que podrá permitirnos llorar por la Amazonia y gritar con ella
ante el Señor “QA.56 la tierra y el hombre son parte de la misma
moneda cuya vida debemos proteger y cuidar. Reconciliémonos con el hermano y
con la tierra donde juntos habitamos, nuestra casa común
Actitudes para esta Cuaresma que nos lleve a la
conversión y a la reconciliación: 1.- sanar nuestro corazón con la
generosidad en la caridad. El compartir con el necesitado, hay
más alegría en el dar que en recibir, aprendemos que la felicidad
no está en el poseer, sino en vivir en la sobriedad en vez de la
opulencia, y practicar la caridad con la gratuidad. 2.-Vivir en la verdad,
con la humildad que nos lleva a reconocernos como realmente somos
no en creerse más de lo que uno es, reconocer nuestras equivocaciones.
Nuestro mundo herido y necesitado de conversión, tiene
la oportunidad de sanar y cicatrizar las heridas.3.- Nosotros debemos
ser esos instrumentos de reconciliación. Cristo nos reconcilió con su Padre
Dios a quien ofendimos con el pecado, también nosotros debemos reconciliarnos
con Dios y con Los hermanos, a quienes ofendimos, olvidamos y marginamos, no
nos dejemos llevar por la venganza o el odio que nos roba la paz del corazón. Nuestro
corazón necesita paz, la paz del corazón que Dios nos da con su perdón y que
nosotros la podemos multiplicar .4.- reconcíliate con la naturaleza
de la creación obra de Dios a la que no hemos sabido cuidar y proteger
de la contaminación, deforestación y el extractivismo.
El eje
trasversal de la doctrina del Sínodo Amazónico es la conversión en sus
distintas dimensiones de pastoral, cultural, ecológica y sinodal. Todas ellas
se relacionan y hacen posible la paz y la armonía en la casa común.” El
cuidado de la naturaleza es parte de un estilo que implica
capacidad de convivencia y comunión nº228 LS Aún estamos a tiempo,
la Cuaresma es el momento oportuno, el tiempo de gracia, el Kairós del Dios. Feliz
conversión, por la reconciliación a la verdadera conversión la cual nos llevará
a la Pascua que significa paso de la muerte a la vida como lo hizo Jesús, y
traerá la pascua florida, la alegría de la vida que permanece la
vida que venció a la muerte. Feliz pascua.
Monseñor Rafael Cob García