Sor Candelas Camarero, Hijas de la Caridad, nacida en Moradillo de Roa. Su sonrisa transmite Evangelio.
Llegué
al Paraguay con la primavera en el año 1975, con mucho entusiasmo por ayudar a
mis hermanos más carenciados, y por eso he sido feliz y sigo siéndolo.
En
el Colegio de la Providencia, estuve 6 años, desde 1980 a 1986 trabajando ad
honorem en la Escuela Santa Luisa de Marillac, con los niños de la Chacarita,
en Pelopincho (Zona vulnerable), realizando procesiones, rezos del rosario de
la aurora, charlas con diapositivas, visitas a las familias. Los sábados y
domingos los pasaba en el barrio. Les quiero contar que una de las veces que
fui parecía la destrucción de Jerusalén, las casas estaban en el suelo con sus
pertenencias, les desalojaron, ¡qué pena!, y les repartí medallas de la Virgen
Milagrosa, y enterré algunas, y les dije: Tengan fé y recen, volverán. Pocos
días después del golpe de Estado, las personas del barrio Pelopincho volvieron,
con la esperanza que en unos meses le iban a reconstruir sus casas, y así fue.
En
el año 1991 La Asociación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, fundó el
Hogar de Niñas Santa Luisa de Marillac, en el cual estoy como Directora del
mismo. Dicho Hogar funciona en el mismo predio de la Escuela San Vicente de Paul.
En el Hogar teníamos 80 niñas y jóvenes; y desde el año 2018, 65 Niñas, de las
cuales 20 son Indígenas, muy inteligentes pero vienen con un nivel cultural muy
bajo. A las Niñas del Hogar se les brinda una educación integral, quienes
además de asistir a la educación formal (Primaria, Secundaria, Universitaria),
también tienen refuerzo escolar, Profesores de matemáticas y física, corte y confección, danza, teatro, peluquería, informática, guitarra, violín. Además reciben
atención de un equipo de profesionales de salud, Pediatra, Odontóloga, Psiquiatra,
Psicóloga, Trabajadora Social y Profesora de Terapia Ocupacional.
Han
pasado más de 700 niñas y jóvenes por el Hogar Santa Luisa de Marillac.
En
este momento estamos muy preocupados, por las inundaciones porque los ríos se
desbordan, y en casi todas las aceras de Asunción hay miles de casillas donde
viven los damnificados, y Pueblos enteros incomunicados, poniendo sacos de
arenas en las orillas de los ríos, pues éste ha crecido 9 metros, durará varios
meses. En el Chaco, donde residen los Indígenas, también tienen algún arroyo
desbordado, la tierra no absorbe el agua, y por lo tanto parece todo un mar.
Me
alegró mucho su carta, le felicito por los cien años del Seminario de Misiones
y que siga teniendo Misioneros en este tiempo. Rezamos para que el Señor le
siga en ésta Tarea tan difícil.
Le
saluda atentamente en Jesús y María.
Directora
“Hogar
Sta. Luisa de Marillac”