21/01/2020
Gnok nació con los pies hacia atrás en Sudán del Sur. Cuando tuvo que
huir, llegó a Egipto como refugiado, y allí conoció a la misionera
comboniana Expedita Pérez. Ella le acompañó y consiguió que le pudieran
operar hasta en cuatro ocasiones para colocar sus pies hacia delante. Su
historia se une a la de Sucre, que perdió su brazo en un ascensor, y en
el hospital no podían ponerle morfina por falta de medios económicos. Y
se suma a miles de historias de niños que tienen que huir, y que son
atendidos por los misioneros en Egipto.
Expedita Pérez ha vivido más de 15 años en Sudán y en Egipto, y conoce
bien la realidad de los pequeños. “En la actualidad hay 248.000
refugiados en Egipto. 94.000 de ellos son niños, y cerca de 3.000 son
menores no acompañados, han llegado solos”, ha explicado esta mañana en
la rueda de prensa. La Iglesia católica les acoge, y les ofrece
educación, alimentación y apoyo, ya que no pueden asistir a las escuelas
públicas. “Nosotros trabajamos con niños, pero en seguida entras en
contacto con las familias enteras”, explica la misionera, quien da fe de
las ayudas recibidas por Infancia Misionera. “En nombre de la Iglesia, y
de los refugiados quería daros las gracias”.
“Infancia Misionera ayuda a que en los Territorios de Misión haya la
posibilidad de que los niños crezcan con dignidad, y puedan conocer a
Dios”, ha explicado José María Calderón, director nacional de Obras
Misionales Pontificias, institución que lleva adelante Infancia
Misionera. Tal como ha indicado, Infancia misionera es una red mundial
de niños, presente en 120 países, que se forman en la misión y ayudan a
los niños necesitados en las misiones.
En 2019, esta Obra Pontificia envió 15.59.363€ a las misiones, para
apoyar 2.864 proyectos de ayuda a la infancia en los Territorios de
Misión, de educación, salud, protección de la vida y alimentación y
evangelización. De los bolsillos de los niños españoles salieron casi
dos millones de euros. ¿Cómo es posible? Porque en Infancia Misionera
los niños participan activamente en la misión de la Iglesia. “Infancia
Misionera crea la conciencia en los niños de que son misioneros, son
importantes a la hora de evangelizar”, ha afirmado Calderón.
Infancia Misionera, escuela de sensibilización misionera para niños
Los niños hacen sus aportaciones, como fruto de un trabajo de
sensibilización misionera, que se lleva a cabo en las parroquias y
colegios. Según ha desgranado Calderón, Obras Misionales Pontificias
ofrece a lo largo del año materiales a catequistas y profesores con el
proyecto “Con Jesús, niño a la Misión”, en la que los niños españoles
están conociendo al niño Jesús por los lugares geográficos que visitó en
su infancia.
Este curso está centrado en Egipto (“Con Jesús a Egipto, ¡en marcha!”).
Los niños españoles “viajan” con la Sagrada Familia a Egipto para
descubrir el sentido misionero de este tiempo de huida y persecución.
Egipto permite trabajar con los niños aspectos de actualidad como son
las migraciones, la multiculturalidad y la familia. Desde OMP se ofrecen
recursos para que los niños puedan rezar, informarse, y acompañar a
Jesús en su huida; y crea un concurso nacional al año –en esta edición,
de podcast-. Además, este año, como novedad, ha convocado un campamento
de verano.
Así lo ha contado Monsterrat Prada, delegada diocesana de misiones en
Zamora, que pone a pie de calle todas estas propuestas de Infancia
Misionera para llegar a los niños de su diócesis. “Hay que hablar a los
niños de hoy con el lenguaje de hoy”. Y por ello, intenta de una forma
vivencial, que los niños aprendan a ser misioneros. Cerca de 700 niños
de su diócesis se dan cita este sábado para vivir en primera persona el
drama de los refugiados a través de un scape room. “¿Qué aporta
Infancia Misionera a los niños de hoy?: Que aprendan a ser más
abiertos, a conocer nuevas realidades, a interesarse por alguien más que
por ellos mismos”, ha concluido.
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