Tres
palabras. Gracias, perdón y sabiduría.
La Biblia en el libro del Deuteronomio nos ha dado una gran lección:
Ø Bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.
Ø No te olvides del Señor tu Dios y todo lo que te dio.
Ø No digas por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas.
Ø Tu Dios es el que te da la fuerza para crear estas riquezas y mantiene la promesa que hizo con su pueblo
En esta
acción de gracias queremos bendecir a Dios y agradecerle porque nos ha
mantenido la vida en medio de esta pandemia en la que el mundo es afectado,
bendecirle por todo el bien que gracias a Él no a nuestros méritos hemos
podido realizar en beneficio de los demás, recordando cómo nos dice la
palabra que no caigamos en la tentación del orgullo y la autosuficiencia
de creer que es gracias a nuestra fuerza que hemos trabajado o los
recurso que hayamos adquirido. Decirle hoy gracias Señor por darnos la vida, el
tiempo y esta maravillosa tierra de Pastaza, creación tuya y hogar nuestro
donde vivir.
En este día
venimos también a pedir, pedir porque carecemos de muchas cosas que
necesitamos para crear fraternidad y solidaridad, porque somos frágiles y
débiles como nos ha enseñado esta pandemia no podemos acabar con un virus
a pesar de toda la ciencia humana.
A pedir que
nos enseñe a construir una sociedad más unida más justa más sincera y
trasparente más humana , como nos dice el apóstol Pablo ser humildes
pacientes y amables y soportarnos nuestros fallos para mantener la unidad y
fraternidad, la lección más difícil de no es aprender de teoría, sino de poner
en practica en la vida de cada día , esa sana convivencia de no
buscar competencias y rivalidades, el más grande mal de un pueblo
es la división y el enemigo lo sabe , la mayor fuerza es unidad,
somos todos hijos de un mismo Padre Dios, y hemos de trabajar unidos como
hermanos , por nuestro pueblo por nuestra tierra de Pastaza.
Las raíces
de esta tierra, la formación de nuestros profesionales de esta tierra de
Pastaza tienen raíces cristianas, desde los primeros misioneros que
trajeron la fe a esta provincia, valores que aprendimos en la escuela, en el
colegio y en la familia. Valores que se están perdiendo en la niñez y en la
juventud de hoy, debemos saber educar a un pueblo en la verdad y en el
amor. En la entrega del padre campesino que labra la tierra para llevar el pan
de cada día, de la madre que en el hogar vela por sus hijos porque vayan
por buen camino. Por ello oramos y pedimos a Dios danos Señor tu
sabiduría para educar para gobernar para construir tu progreso y tu paz.
Hablando de raíces, el evangelio nos recuerda que el árbol bueno
y sano da frutos buenos y sanos y el árbol enfermo y malo da frutos malos.
Y cada árbol se reconoce por sus frutos.
Decíamos que
veníamos a reconocer ante Dios nuestros errores y pedirle perdón, cuando en
verdad nuestros frutos no fueron buenos o cuando quisimos
cosechar higos de cardos o uvas de espinos.
Sabemos que
de los vicios no pueden salir las virtudes, el hombre de buen corazón saca
bondad y el corazón malo saca maldad. De la abundancia del corazón habla
la boca. ¿Que tenemos en el corazón? Si en él hay egoísmo envidia u odio ¿qué
frutos esperamos? pero si hay sacrificio, amor, sinceridad entrega generosa,
cosecharan buenos frutos.
No queremos
ser como el hombre necio que construye su casa sobre la arena del facilismo de
la pereza, de la mentira o la apariencia y la hipocresía, vendrán las
tempestades y borrascas y no resistirá, todo será destruido.
Queremos ser
como el hombre sabio, que construye su casa sobre la roca , la roca del
esfuerzo y el sacrificio ,de la virtud y la constancia de la gratuidad y
la unidad y mirar siempre el bien de los demás por encima de lo personal. Por
encima de ideologías o banderas políticas, buscar la estabilidad y
gobernabilidad, la fortaleza de una sociedad que camine por senderos de
verdad y justicia buscando la paz. Y aunque vengan borrascas y tormentas
nuestra casa resistirá y no se caerá, permanecerá firme ante la adversidad.
Gracias, perdón y sabiduría, tres palabras para mirar el horizonte con esperanza.
Pastaza
necesita ser tierra protegida de las amenazas para que esta tierra pueda
seguir siendo ese jardín amazónico donde respirar aire puro, donde se pueda
beber agua limpia y cristalina, donde los bosques sean protegidos y los
ríos no sean contaminados.
Felicitamos los esfuerzos que la Prefectura haga en este reto de trabajar por una ecología integral para salvar este planeta antes de que sea tarde, para defender esta tierra de la ambición del extractivismo petrolero o minero, de la deforestación, que como una plaga se va extendiendo por esta cuenca amazónica. La Iglesia apuesta por la vida, de las personas y de la naturaleza. No somos dueños de la naturaleza de esta tierra sino administradores .Agradezcamos a Dios por el regalo de esta tierra donde vivimos la Amazonia, y mientras los poderosos del mundo buscan querer detener el calentamiento global en las reuniones y Conferencias Internacionales, nada se conseguirá sino educamos a un pueblo a defender su mayor tesoro la vida propia y su hábitat.
La
biodiversidad y la riqueza de nuestro entorno exige de los gobiernos
seccionales y nacionales así como de todos compromiso serio que
pasa por un comportamiento colectivo que responda a los desafíos concretos que
hoy tenemos. Que Dios nos de la fuerza para hacerlo y bendiga a nuestra
provincia de Pastaza, a sus gobernantes y sus pueblos que la conforman. LOOR A
PASTAZA.
Monseñor Rafael Cob García