La misionera Esperanza Estades Sáez lleva ya ocho años en Filipinas, misionera Idente, natural de Burgos, ella y su comunidad trabajan con jóvenes y niños de la calle, y en parroquias y escuelas intentando llevar dignidad y el amor de Dios a quienes más lo necesitan. Además de los jóvenes, los misioneros Identes se ocupan también de los más desfavorecidos en un barrio periférico, donde ofrecen formación espiritual e integral a los niños y a las madres.
“Estoy bien, gracias a Dios”, cuenta la misionera, “tratando de escapar de los efectos del Covid. Hay un repunte serio y aquí, con tanta pobreza y falta de higiene, hay que tener cuidado y educar, sobre todo, a los adultos.
Es muy hermoso ver cómo las personas tienen sed de Dios, de un Dios que es Padre y vive en nosotros y podemos tener la experiencia de la ternura de Su Amor sin medida. ‘Mama Mary?, como llaman aquí a nuestra Madre María, forma parte importantísima de la vida del pueblo filipino y protege a estos hijos e hijas de una manera evidente y con todo cariño. Es un pueblo inocente y sufriente y que manifiesta su gratitud ante las muestras de cariño y atención”.
OMPRESS-FILIPINAS (17-01-22)