¿Alguna vez has llevado una estrella encima de ti?
Cada víspera de la navidad, cientos, miles de niños salen por
las calles de nuestro país y de otros lugares del mundo (también en nuestro
pueblo) con una sencilla estrella, que cuando ven a una persona se la pegan en la solapa de su abrigo con la felicitación: ¡Feliz
Navidad! ^
Esta acción que se denomina
Sembradores de estrellas, nos recuerda que todos estamos llamados a iluminar el
mundo en el que vivimos. Y no sólo con unas luces externas, resplandecientes o
parpadeantes, sino con un brillo que brote desde el interior. El motivo será lo
escrito en cada estrella que te ponga una niña o niño en tu cazadora: Jesús
nace para ti.
Y ese
es el sentido de la Navidad. La pasión de un Dios que por amor a ti y a mí,
quiso hacerse carne, humildad y sencillez, para que en nuestras flaquezas y
debilidades sepamos descubrir que Jesús es Enmanuel, el Dios con nosotros. Y
eso nos hace brillar. Y eso nos lleva a la comunión. Y eso nos ha de llevar a
la acogida y al compartir. Y eso nos ayuda para acercarnos a las debilidades de
nuestro mundo y cambiarlas. Porque la Navidad es una oportunidad para renacer.
¡Sí! Para descubrir si brillamos o estamos apagados, si nos abrimos a los demás
o estamos encerrados en nosotros mismo. Porque en Navidad descubrimos que Dios
quiere salir de sí mismo y se hace niño, lo más inocente de nuestro mundo. Y
eso se contagia, igual que la luz, sin perder ni un ápice de intensidad y
multiplicando la vida a nuestro alrededor Y tú, esta Navidad, ¿qué quieres
hacer?
Fuente: Parroquia de Villarcayo